Usar el cerebro, no el corazón
La vasectomía es un método popular de esterilización permanente en el hombre practicada en forma electiva, es decir, usando el cerebro y no el corazón, con una tasa de éxito de 99.9 por ciento y una tasa de complicaciones bajas y sin secuelas adversas a largo plazo. Es decir, no hay riesgo aumentado de cáncer de próstata, ni de testículo, ni osteoporosis, ni de enfermedades cardiovasculares a largo plazo.
En el pasado, la vasectomía se usó para el tratamiento de hiperplasia prostática benigna, en personas con alta frecuencia de masturbación, para prevenir la vejez, en esterilización de criminales y a partir de los años 70, para ser practicada en forma voluntaria como método anticonceptivo, siendo hoy uno de los procedimientos quirúrgicos más comúnmente practicado.
Es importante destacar que su práctica no afecta la masculinidad ni la sexualidad. Está indicada en personas a partir de mediana edad que ya no quieran tener más hijos y deseen compartir la responsabilidad con su pareja de usarlo como método anticonceptivo para no procrear más. No es recomendable realizarla el primer día de la consulta, debido a que es aconsejable que esa primera cita sea utilizada para que el paciente y el médico conversen, de manera tal que el especialista explique la técnica, ventajas, desventajas y complicaciones.
El procedimiento quirúrgico se puede realizar en el consultorio con anestesia local y una mínima preparación. Se hace una incisión a cada lado del escroto o en línea media escrotal y se ligan los conductos deferentes de ambos lados, que son los que llevan los espermatozoides desde los testículos hacia el conducto eyaculador. La recuperación es rápida, el paciente puede reintegrarse a sus labores en menos de 3 días y sólo debe restringir el esfuerzo físico y el sexo por una semana.
Como todo acto médico puede tener complicaciones que son menores cuando el cirujano tiene más experiencia. Entre las complicaciones están: hematoma en la herida en un 3 por ciento; infección en la herida entre 1 a 3 por ciento; dolor local que desaparece la mayoría de las veces en un par de semanas. También podría presentarse el síndrome post-vasectomía, que es un dolor testicular crónico que dura más de 2 semanas, que aumenta con la eyaculación y es producido por obstrucción del deferente del lado testicular, lo cual ocurre en menos del 3 por ciento de los casos; recanalización temprana en menos de 0,5 por ciento (implicando que nunca el espermatograma llegó a 0 el puntaje de espermatozoide) y recanalización tardía que ocurre en menos de 0,5 por ciento (ocurre después de tener 2 espermatogramas en 0).
Esto lo que quiere decir es que la vasectomía no es perfecta y una futura concepción no se puede garantizar. Después de realizada la vasectomía, se recomienda hacer 2 espermatogramas que reporten cero espermatozoides luego de 24 eyaculaciones, o después de 3 meses de realizado el procedimiento, antes de realizar sexo sin protección, entendiéndose sexo sin protección para no procrear.
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