GIULIANA CHIAPPE| EL UNIVERSAL
martes 11 de diciembre de 2012 12:00 AM
Algunas veces el cáncer avanza tanto que ya ninguna cirugía puede combatirlo. En esos casos, los médicos se enfocan en proveer al paciente la mejor calidad de vida posible.
Lo más importante es intentar aliviar, al menos en parte, los fuertes dolores que suelen aquejar a los pacientes. Según el urólogo oncólogo de la Policlínica Metropolitana, Elías Mora Kumboz, en este grado de enfermedad lo que funcionan son fármacos opioides o narcóticos, de venta muy restringida, y de delicado manejo médico.
Estos fármacos son lo único que les calma el dolor. Pero el paciente con cáncer diseminado y muy avanzado cada vez sufre más y necesita de dosis más altas. El médico debe ser extremadamente cuidadoso al prescribirlas, pues, tal como alerta Mora Kumboz, excederse con opioides o narcóticos puede traer graves consecuencias, incluso letales.
Otras terapias para calmar el dolor, como distintas formas de rehabilitación o el uso de la cámara hiperbárica (que maximiza la oxigenación en el torrente sanguíneo para alcanzar zonas recónditas del organismo), no son muy eficaces. "Pueden ser paliativas pero solo los medicamentos ayudan realmente", agrega.
Terapias para drenar
Enfrentar un cáncer que se extiende por el cuerpo no es nada fácil. Aunque pueda parecer secundario, reunirse con otras personas que padecen un mal similar, ayuda en forma importante al paciente.
"En Estados Unidos, las terapias de grupo son muy recurridas porque resultan muy útiles. De hecho, existen grupos para todas las patologías. Estos encuentros ayudan al paciente a drenar, desde el punto de vista psicológico, y a encontrar apoyo en gente que lo entiende realmente. Con las terapias de grupo, el paciente no se siente solo", describe Mora Kumboz.
Recibir tratamiento psiquiátrico individual complementa este apoyo. También la familia debe ser atendida psicológicamente, tanto en terapias grupales como individuales. Y, según la experiencia del urólogo oncólogo, acercarse a la religión ayuda, cualquiera que sea, pues "reconforta el espíritu".
Todo esto ayuda. Sin embargo, asegura el médico, lo realmente fundamental en el tratamiento de un paciente con metástasis, es el apoyo de las personas queridas.
"Lo más importante es la familia. Los enfermos muy graves lo que quieren es ver a su familia, en vez de estar rodeados de médicos", dice Mora Kumboz.
En los casos extremos, cuando un paciente ya carece de posibilidades de recuperación, suelen flexibilizarse las exigencias de nutrición y otros cuidados. "La nutrición puede ayudar pero ya no es decisiva", dice Mora. Al paciente se le permite disfrutar de las comidas que le gusten, e incluso, fumar.
"El tratamiento de un paciente con cáncer muy avanzado debe ser multidisciplinario. Debe incluir al médico oncólogo, que es quien se ocupa de mejorar su calidad de vida todo lo posible, psicólogos y psiquiatras", finaliza el especialista.
Lo más importante es intentar aliviar, al menos en parte, los fuertes dolores que suelen aquejar a los pacientes. Según el urólogo oncólogo de la Policlínica Metropolitana, Elías Mora Kumboz, en este grado de enfermedad lo que funcionan son fármacos opioides o narcóticos, de venta muy restringida, y de delicado manejo médico.
Estos fármacos son lo único que les calma el dolor. Pero el paciente con cáncer diseminado y muy avanzado cada vez sufre más y necesita de dosis más altas. El médico debe ser extremadamente cuidadoso al prescribirlas, pues, tal como alerta Mora Kumboz, excederse con opioides o narcóticos puede traer graves consecuencias, incluso letales.
Otras terapias para calmar el dolor, como distintas formas de rehabilitación o el uso de la cámara hiperbárica (que maximiza la oxigenación en el torrente sanguíneo para alcanzar zonas recónditas del organismo), no son muy eficaces. "Pueden ser paliativas pero solo los medicamentos ayudan realmente", agrega.
Terapias para drenar
Enfrentar un cáncer que se extiende por el cuerpo no es nada fácil. Aunque pueda parecer secundario, reunirse con otras personas que padecen un mal similar, ayuda en forma importante al paciente.
"En Estados Unidos, las terapias de grupo son muy recurridas porque resultan muy útiles. De hecho, existen grupos para todas las patologías. Estos encuentros ayudan al paciente a drenar, desde el punto de vista psicológico, y a encontrar apoyo en gente que lo entiende realmente. Con las terapias de grupo, el paciente no se siente solo", describe Mora Kumboz.
Recibir tratamiento psiquiátrico individual complementa este apoyo. También la familia debe ser atendida psicológicamente, tanto en terapias grupales como individuales. Y, según la experiencia del urólogo oncólogo, acercarse a la religión ayuda, cualquiera que sea, pues "reconforta el espíritu".
Todo esto ayuda. Sin embargo, asegura el médico, lo realmente fundamental en el tratamiento de un paciente con metástasis, es el apoyo de las personas queridas.
"Lo más importante es la familia. Los enfermos muy graves lo que quieren es ver a su familia, en vez de estar rodeados de médicos", dice Mora Kumboz.
En los casos extremos, cuando un paciente ya carece de posibilidades de recuperación, suelen flexibilizarse las exigencias de nutrición y otros cuidados. "La nutrición puede ayudar pero ya no es decisiva", dice Mora. Al paciente se le permite disfrutar de las comidas que le gusten, e incluso, fumar.
"El tratamiento de un paciente con cáncer muy avanzado debe ser multidisciplinario. Debe incluir al médico oncólogo, que es quien se ocupa de mejorar su calidad de vida todo lo posible, psicólogos y psiquiatras", finaliza el especialista.
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